Ser o no ser amigo de tu hijo

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Ser o no ser amigo de tu hijo

Se puede ser amigo y padre a la vez?

Al convertirnos en papás, soñamos con la “relación perfecta” con nuestros hijos. Queremos que nos tengan confianza y respeto. Que nos cuenten sus cosas, guiarlos y estar siempre presentes. Soñamos con lo que tuvimos o nos falto en casa cuando nos tocó ser hijos.

Yo no soy psicóloga ni experta en la materia, solo les puedo hablar desde mi experiencia como madre, como hija, y de mi deseo de como quiero que sea la relación que vaya teniendo con los enanos conforme vayan creciendo.

Hay muchas personas a favor y muchas en contra de ser amigos de los hijos. Yo creo, e intentaré hacerlo, que lo mejor es ser las dos versiones en una: Padres y amigos.

Ser Padres ante todo.

Nosotros somos los encargados de guiar, proteger y enseñar. Desde que nuestros hijos nacen, somos el referente que tienen para ser y hacer. Siempre nos necesitarán, es por eso que es muy importante establecer una relación sólida, fuerte y abierta. Enseñándoles siempre las consecuencias de cumplir y no cumplir las reglas que tengamos impuestas en casa.

Ser sus confidentes.

Este punto es nuestro ideal. Como “papás gallinas” y por ese instinto que tenemos de siempre protegerlos, queremos llegar al punto en que nuestros hijos se nos acerquen siempre a contarnos todo. Desde un problema, una travesura, un amor, hasta deseos o curiosidades que vayan desarrollando de acuerdo a su edad. Como logramos esta confianza? Criando con amor y respeto. Siempre estando dispuestos a escuchar sin juzgar, sin horrorizarnos por algo, poniéndonos en el papel de cómplices sin dejar que se cruce la línea del respeto.

Lograr empatía.

Algo que como seres humanos siempre buscamos, es que la otra persona se ponga en nuestro lugar. Sentir que nos entienden, que les importa nuestro problema, que sienten nuestra pena, frustración o alegría. Eso mismo buscan los hijos en los padres. No solo basta con sentarnos a escucharlos, ellos necesitan que los aconsejemos, que no minimicemos su problema o alegría. Para lograr esto, la mejor manera es: contarles algo similar que les haya pasado. Eso no solo les hará sentir que no son la única especie en el mundo, sino que ustedes les están confiando algo personal. Eso abre la relación.

Relación cercana.

Hay que saber que es importante para ellos. Para lograr tener esta relación soñada, es importante que te intereses por sus cosas. Que le gusta ver, que le gusta escuchar. Los nombres de sus amigos, sus gustos, sus pasatiempos. Eso les dará la oportunidad a ambos de disfrutar juntos.

Tener una relación Vertical, no horizontal.

Esto es una de las cosas más difíciles. Ser amigo es mas simpático y divertido para ellos y para nosotros. Es una tarea de los padres poder ser amigos, sin dejar huérfanos a los hijos. A que me refiero? A que debemos darles la confianza para que nos puedan contar toda e ir hacia nosotros cada vez que lo necesiten, pero sabiendo que somos sus padres. Debemos dejar en claro, con mucho amor claro, que somos los amigos, pero primero los padres. Que nos deben respeto, que somos los que ponemos las reglas y que estas deben respetarse.

Ser o no ser amigo de tu hijo

Ser padres es nada fácil y no existe un manual que nos indique ni nos de las pautas. Lo mejor es siempre seguir nuestro instinto y nuestro amor. Acertaremos muchas veces, meteremos las cuatro patas otras tantas. Lo que nunca debemos olvidar es que en este camino, no solo estamos para enseñar a nuestros hijos, sino para aprender juntos.

Un beso,

Sara

 

 

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