Cuando nace un bebé, nace una mamá. Amo esta frase! Sobretodo porque a pesar de la simpleza de sus palabras, envuelve mucho.
Puedes tener mas de un hijo, y con cada uno eres una mama distinta. Nace tu hijo y renaces tu; pero dentro de toda la magia y amor que te envuelve, llegan también las preguntas sin respuestas, dudas y preocupaciones.
Estas semanas, desde que Valentino llego a mi vida, he recibido muchos mensajes de mamis llenas de dudas sobre la alimentación de su bebé, pidiéndome consejos ya que saben que estoy en plena etapa de lactancia.
Yo feliz de responderles y así, un poco sentirme parte de esa hermosa etapa. Pero cada vez que lo hacia, yo tampoco me sentía segura si realmente estaba haciéndolo bien, al grado de mandarme a aconsejar a alguien.
Esos mensajes, esas mamis angustiadas y preocupadas por el bienestar de su bebé, todas las mamis a las que leo en los grupos de lactancia a los que pertenezco y mis mismas dudas, me dieron la idea, a modo de catarsis, de escribir este post.
No quiero hablarles de la lactancia materna exclusiva, ni de la mixta, ni de la diferida, ni de la artificial ni del tandem, la lactancia prolongada, ni la teta, la jeringa o el biberón… les quiero hablar del arte de alimentar a nuestros bebes, a nuestros cachorros, con el mas puro y grande amor.
Vivimos en un mundo donde la critica es fuerte y dura, y aunque seamos unas leonas al lado de nuestros bebes, también somos unas madres sensibles, de lagrima fácil y propensas a angustiarnos por autopreguntarnos si lo estaremos haciendo bien, comparándonos sin querer con el resto.
Somos responsables de llenar de vida y salud a las personitas que mas amamos en la tierra, y sí, es lógico que eso nos angustie.
Sobretodo porque no es una tarea fácil. Hay dolor, cansancio, madrugadas, desvelos, gases, irritabilidad. No la tenemos fácil. Y muchas veces por presiones sociales, no nos sentimos satisfechas del todo con la manera en que lo hacemos.
Todas tenemos el derecho de elegir como alimentar a nuestros bebes, sea cual sea la razón por la optemos el método, es una decisión nuestra.
No es mejor mamá la que optó por dar de lactar hasta los 3 años, que la mami que nunca dio pecho, pero que sostuvo un biberón con todo el amor del mundo.
La magia, la conexión hermosa de una madre con su pequeño, se desarrolla de manera inexplicable con la mirada, con la voz y con los latidos del corazón.
Pueden haber muchas maneras de hacerlo, todas nos sacrificamos, todas nos angustiamos, todas nos cuestionamos, todas nos auto criticamos y todas recibimos críticas.
Todas necesitamos pedir ayuda en algún momento, pero lo más importante es que todas sentimos ese amor incomparable, inexplicable e incalculable por nuestros bebes. Todas, sea como sea, tomamos en brazos a esos seres chiquititos y los alimentamos con el mejor alimento del mundo para ellos: el amor de mamá.
Sigan su instinto de mamíferas, de protectoras… lo estamos haciendo bien!
Un beso enorme!